LDS Charities: El cuidado de los pobres y los necesitados en Jordania

Por Brent y Margaret Strong, colaboradores de Church News

  • 31 Diciembre 2014

Nadia, una joven de 12 años de edad, que quedó paralizada durante la guerra en Siria, se ha convertido en consejera para las jovencitas sirias recién llegadas que estaban, como ella, traumatizadas por la guerra.

Puntos destacados del artículo

  • Entre un tercio y la mitad de la población actual de Jordania son refugiados.
  • LDS Charities está en Jordania para ayudar a quienes han sido expulsados de su tierra natal debido a la guerra.

“Nuestra participación directa con quienes están sufriendo nos dio una nueva perspectiva: todos podemos hacer algo para ayudar”. —Brent y Margaret Strong, voluntarios de servicio humanitario en Jordania

Somos voluntarios de servicio humanitario y servimos con otras dos parejas en Jordania. Aunque Jordania es un lugar de seguridad y refugio en medio de la agitación del Medio Oriente, Jordania todavía experimenta muchos desafíos en su interacción con sus vecinos.

Entre un tercio y la mitad de la población actual de 9 millones son refugiados que han llegado a Jordania en los últimos 50 años. Obviamente, esta afluencia ha causado una tremenda presión sobre el gobierno y el pueblo de Jordania en cuanto a vivienda, salud, carreteras, tráfico y educación. Jordania como nación y como pueblo se ha puesto a la altura de las circunstancias. Como su Majestad el rey de Jordania ha dicho, en esencia, ¿cómo podemos darle la espalda a estas personas que están en gran necesidad?

Algunos de nuestros amigos y familiares preguntaron: “¿Por qué están en Jordania?”. Esa pregunta realmente representa dos conceptos diferentes: “¿por qué están Brent y Margaret en Jordania?” y “¿por qué está LDS Charities en Jordania?”.

La respuesta a la primera pregunta es que siempre hemos querido servir y nos llamaron a servir en Jordania. La respuesta a la segunda pregunta se ve en los propósitos de LDS Charities en el Medio Oriente, para aliviar el sufrimiento, edificar comunidades y promover la paz. A medida que prestamos servicio con estos principios en mente, hemos ganado muchas nuevas perspectivas sobre el cuidado de los pobres y los necesitados.

Aliviar el sufrimiento

Para la mayoría de nosotros, el alivio del sufrimiento viene inmediatamente a la mente cuando escuchamos acerca del servicio humanitario. Pensamos en las víctimas de inundaciones, huracanes, terremotos, sequías o guerra.

Heather Reed, una fisioterapeuta licenciada y voluntaria de LDS Charities, lleva a cabo una capacitación práctica con los terapeutas, pacientes y sus familias en Jordania.

En Jordania, estamos trabajando con refugiados de la guerra. Una parte de nuestra misión ha sido trabajar con cientos de miles de personas que fueron expulsadas de sus hogares y buscaron en Jordania un lugar seguro. Estas personas a menudo eran de clase media que abandonaron todas sus posesiones para huir de la embestida de la destrucción en sus barrios. Las madres vinieron con niños pequeños que a veces tenían sólo unas horas de nacidos. Otras personas estuvieron en el camino por días y, con el tiempo, se quedaron sin pañales y artículos para sus bebés. La mayoría estaba con hambre, algunos se morían de hambre, y todos estaban agotados. A principios de nuestro servicio aquí nos ayudaron a distribuir más de 25.000 abrigos de invierno y mantas a estas familias.

Nuestra participación directa con quienes sufren nos dio una nueva perspectiva: todos podemos hacer algo para ayudar.

Nadia era una niña siria de 12 años de edad, a quien un francotirador le disparó en la espalda mientras su familia se metía a un taxi para salir a salvo de su ciudad. Cuando cruzaron a Jordania, Nadia estaba paralizada desde la cintura para abajo. LDS Charities proporcionó una silla de ruedas, y llegamos ser sus amigos.

Conocimos a otro de los amigos de Nadia, un hombre generoso llamado Jamal que dedica todo su tiempo a trabajar para ayudar a los refugiados a encontrar descanso de su entorno lúgubre y de sus indignas circunstancias.

Nadia pasó de estar desanimada y deprimida a la aceptación de su situación y, finalmente, a fijar metas para su vida. En sus palabras ella quiere llegar a ser “una mujer fuerte”. Ahora, a los 14 años, Nadia se ha convertido en consejera para las jovencitas sirias recién llegadas que estaban, como ella, traumatizadas por la guerra. Ella es un faro de esperanza.

Este es un buen ejemplo de que, sin importar la situación, cada persona tiene dones y talentos para contribuir a los demás.

Consolidar las comunidades

Aliviar el sufrimiento es algo inmediato, mientras que la construcción de comunidades es más a largo plazo. Hemos notado que somos más eficaces y nuestros esfuerzos son más duraderos cuando trabajamos con organizaciones asociadas que son jordanas. En esencia, promovemos los principios de autosuficiencia y sustentabilidad, y los compañeros jordanos adaptan esos principios para trabajar mejor en su cultura.

Por ejemplo, hemos desarrollado una maravillosa asociación con el Centro de Nuestra Señora de la Paz, una instalación que se compone de una escuela cristiana y de terapia para los niños con discapacidades, la mayoría de ellos musulmanes. Todos los servicios son gratuitos. En cooperación con el Centro de Nuestra Señora de la Paz, LDS Charities ha apoyado la capacitación para los terapeutas en el área de parálisis cerebral, autismo, superar el trauma de la guerra, la identificación de enfermedades de la primera infancia y terapia del lenguaje. Expertos de los Estados Unidos y sus homólogos jordanos capacitaron a padres y a terapeutas, ampliando así las fuentes de consulta para los padres y médicos en todo el país.

En las sesiones de capacitación de parálisis cerebral, Heather Reed, fisioterapeuta licenciada y voluntaria de LDS Charities, dio una breve presentación sobre los conceptos básicos y luego comenzó una capacitación práctica y única, con los terapeutas, pacientes y sus familias donde todos participaron.

Heather demostró cómo el jugar con los niños se convierte en una parte de la terapia, ayudándolos a relajarse e incluso a disfrutar de lo que son a veces dolorosos y difíciles ejercicios. Un niño estaba tirado boca abajo luchando por levantar la cabeza. Heather, en forma de juego, lo anima mientas ella hace la demostración al grupo. Cuando él logró hacerlo, lo expresó con una enorme sonrisa y todo el grupo sintió el logro. Esta capacitación práctica ayudó a los terapeutas a colaborar con los padres y los niños a adaptar su perspectiva de lo que no se puede hacer hacia lo que sí se puede hacer para celebrar el éxito.

Las contribuciones de LDS Charities en la construcción de comunidades se financian con el fondo de servicios humanitarios de la Iglesia. Los miembros de la Iglesia contribuyen en la papeleta de diezmos a los servicios humanitarios, y personalmente nos parece inspirador que el 85 por ciento de los donativos estén en incrementos de $20 o $50. Nos sentimos bendecidos por ser facilitadores de la distribución de estos fondos sagrados. En esencia, actuamos como representantes de aquellos que han dado los donativos originales.

Promover la paz

Como parte de nuestra asignación, trabajamos con la Universidad Americana de Madaba, una universidad de origen católico que educa a jóvenes cristianos y musulmanes, mezclados en un ambiente de habla inglesa. Una visión amplia del mundo y el aprecio por los valores de la libertad, la tolerancia y la responsabilidad son el cimiento del programa educativo. Nuestra labor es ayudar a esa universidad a obtener la acreditación de Estados Unidos y, al mismo tiempo, ayudar a incorporar los mejores valores y las prácticas de las universidades estadounidenses.

Ha sido muy gratificante ver el progreso de la universidad y esta gran visión para la formación académica en Jordania.

Además de nuestro trabajo en la universidad, sentimos que tenemos una función personal para promover la paz. La paz verdadera proviene de vivir los principios que enseñó Cristo. No predicamos el Evangelio activamente en Jordania, pero es nuestra responsabilidad vivir de acuerdo a él y demostrarlo a los que conocemos a través de nuestras acciones.

Aliviar el sufrimiento, edificar comunidades y promover la paz seguirá siendo una parte de nuestra vida dondequiera que vivamos.

Brent y Margaret Strong sirven como voluntarios de servicio humanitario para LDS Charities en Jordania.