2012
El evangelio de Jesucristo se restauró por medio del profeta José Smith
Diciembre de 2012


Lo que creemos

El evangelio de Jesucristo se restauró por medio del profeta José Smith

Después de la crucifixión del Salvador y de la muerte de Sus apóstoles, la gente cambió algunas de las doctrinas y ordenanzas del Evangelio. Aun cuando mucha gente buena creía en Jesucristo e intentaba comprender y enseñar Su evangelio, las personas ya no contaban con toda la verdad. Como resultado, hubo diversos grados de apostasía entre los cristianos que sobrevivieron; aunque tenían muchas verdades, ninguno de ellos tenía la plenitud de las doctrinas, las ordenanzas ni el sacerdocio de Cristo.

Nuestro Padre Celestial sabía que esa pérdida gradual de la verdad ocurriría, por lo que Él preservó la plenitud del evangelio de Jesucristo en un antiguo libro de Escrituras semejante a la Biblia. A principios del siglo XIX, un mensajero celestial llamado Moroni indicó a José Smith el lugar donde esa escritura sagrada había permanecido escondida por siglos. Grabado en planchas de oro, el registro contenía un relato escrito por profetas acerca de la relación de Dios con algunos de los antiguos habitantes de las Américas. El profeta José Smith lo tradujo por el don y el poder de Dios, y ese registro es el Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo.

El proceso de traducir el Libro de Mormón brindó a José Smith conocimiento en cuanto a las doctrinas de Dios; el Espíritu fue su maestro y el Libro de Mormón su texto. Cuando José Smith tenía dudas, acudía a Dios en oración y Dios le revelaba la respuesta. Ese proceso le enseñó a José Smith, un joven sin instrucción, verdades esenciales que fueron vitales para su llamamiento como profeta de la Restauración.

El testimonio del profeta José Smith

  1. “Yo efectivamente había visto una luz, y en medio de la luz vi a dos personajes, los cuales en realidad me hablaron; y aunque se me odiaba y perseguía por decir que había visto una visión, no obstante, era cierto… yo lo sabía, y sabía que Dios lo sabía; y no podía negarlo, ni osaría hacerlo”1.

  2. “Por el poder de Dios traduje, [a partir] de jeroglíficos, el Libro de Mormón, cuyo conocimiento se había perdido para el mundo; acontecimiento maravilloso durante el cual estuve solo, un joven sin instrucción, para combatir, con una nueva revelación, la sabiduría mundana y la ignorancia colectiva de dieciocho siglos”2.

  3. “Declaré a los hermanos que el Libro de Mormón era el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la clave de nuestra religión; y que un hombre se acercaría más a Dios por seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro”3.

  4. “Bajo el poder sellador del Sacerdocio de Melquisedec poseo las llaves del último reino, en el cual está la dispensación de la plenitud de todas las cosas, de la que han hablado todos los santos profetas desde el principio del mundo”4 (véase D. y C. 27:12–13).

  5. “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue fundada sobre la revelación directa, tal como lo ha sido siempre la verdadera Iglesia de Dios… y mediante la voluntad y las bendiciones de Dios, he sido un instrumento en Sus manos, hasta ahora, para llevar adelante la causa de Sión”5.

  6. “En [el Libro de Mormón] se relata que nuestro Salvador apareció en este continente [América] después de Su resurrección; que Él estableció aquí el Evangelio en toda su plenitud, riqueza, poder y bendición”6.

Notas

  1. José Smith—Historia 1:21–25.

  2. Véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 64.

  3. Enseñanzas: José Smith, pág. 67.

  4. Enseñanzas: José Smith, pág. 544.

  5. Enseñanzas: José Smith, págs. 205–206.

  6. Enseñanzas: José Smith, pág. 67.

Aun cuando creemos que José Smith fue un profeta de Dios, adoramos a nuestro Padre Celestial y a Su Hijo Jesucristo.

Izquierda: Loor al Profeta, por Jon McNaughton; La Primera Visión de José Smith, por Greg Olsen, prohibida la reproducción; José Smith traduciendo el Libro de Mormón, por Del Parson © 1996; El profeta del Señor, por David Lindsley, prohibida la reproducción; detalle de La restauración del Sacerdocio de Melquisedec, por Liz Lemon Swindle, prohibida la reproducción; Se organiza la Iglesia de Jesucristo, 1830, por Joseph Brickey, prohibida la reproducción; Mirad a vuestros pequeñitos, por David Lindsley © 1983.