2013
Por favor, sana mi corazón
Marzo 2013


Jóvenes

Por favor, sana mi corazón

Kelsey LeDoux vive en Minnesota, EE. UU.

En el aniversario de la muerte de mi hermano, me puse a pensar en mi vida desde que él murió; recordé no sólo el intenso dolor que he sentido sino también las bendiciones que Dios ha derramado sobre mí.

No entendía cómo las personas podían decir que la muerte de un ser querido podía traer bendiciones. No era capaz de entender que pudiera sentir gozo y gratitud por algo que me causaba un dolor tan profundo. Sin embargo, una noche mi perspectiva cambió por completo.

Me levanté en medio de la noche con la opresión más fuerte que jamás había sentido en el corazón; el dolor me ahogaba. Me postré de rodillas y supliqué entre sollozos en oración a mi Padre Celestial. Toda la vida se me había enseñado acerca del milagroso poder sanador de la expiación de Jesucristo; ahora mi fe se ponía a prueba. ¿Realmente creía? Le pedí a mi Padre Celestial que por favor sanara mi corazón, el dolor era demasiado para soportarlo solo.

Entonces un sentimiento de paz, consuelo y amor recorrió todo mi cuerpo; sentí como si Dios me hubiera abrazado y me estuviera protegiendo del dolor intenso que había sentido. Aún extrañaba a mi hermano, pero pude ver la situación con otros ojos. Fue mucho lo que aprendí de esa experiencia.

Sé que contamos con el amor y la paz del Señor; sólo tenemos que participar de ellos.