Historia de la Iglesia
Hallar un gozo supremo


Hallar un gozo supremo

En 1910, Vincenzo di Francesca, oriundo de Sicilia, era un ministro protestante en la ciudad de Nueva York cuando se encontró un libro que no tenía portada. Él leyó el libro, el cual le parecía que sonaba como la Biblia. Cuando terminó de leerlo, oró y recibió una confirmación de que era una obra de Dios. Su corazón palpitaba, decía él, “como si fuera a hablar”, y él sentía un “gozo supremo que el lenguaje humano no encuentra palabras para [describir]”.

Di Francesca comenzó a citar del libro en sus sermones. Sus superiores le pidieron que destruyera el libro, mas él se negó a hacerlo, por lo que no le permitieron seguir predicando. Posteriormente, regresó a Sicilia donde continuó compartiendo del libro tanto como podía.

En 1930, mientras consultaba un diccionario, se encontró con un término titulado Mormón. Lo reconoció como uno de los nombres en su libro misterioso, y continuó escudriñando para obtener más información y logró dar con la dirección de la Universidad Brigham Young, en Provo, Utah. Le escribió una carta a Franklin S. Harris, rector de la universidad, y este llevó su carta a Heber J. Grant, Presidente de la Iglesia. Di Francesca empezó a escribirse con regularidad con varios líderes de la Iglesia en Salt Lake City.

Durante varias décadas, di Francesca siguió escribiendo, y en ocasiones, solicitaba que alguien viajara a Italia para bautizarlo. Varias veces, los líderes del sacerdocio que viajaban a Italia invitaban a di Francesca a reunirse con ellos para bautizarlo. Sin embargo, las tensiones políticas y la guerra en Europa impidieron en varias ocasiones esa reunión.

Durante la Segunda Guerra Mundial, hallándose incomunicado de la Iglesia, él continuó predicando del Libro de Mormón y de otros materiales de la Iglesia, muchos de los cuales los tradujo él mismo para compartir con sus vecinos. Después de cuatro décadas de espera, di Francesca finalmente se bautizó el 18 de enero de 1951, en el mar Mediterráneo. Cinco años después, viajó al templo en Suiza, donde recibió las ordenanzas.