Historia de la Iglesia
“Apacienta mis ovejas”


“Apacienta mis ovejas”, Historias mundiales: Corea del Sur, 2021

“Apacienta mis ovejas”, Historias mundiales: Corea del Sur

“Apacienta mis ovejas”

Aunque algunos Santos de los Últimos Días que servían en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos comenzaron a celebrar reuniones en Corea en la década de 1940, la predicación al pueblo coreano fue limitada durante ese tiempo. En 1949, el Gobierno coreano envió a Kim Ho Jik a estudiar métodos agrícolas en la Universidad de Cornell, en los Estados Unidos. Oliver Wayman, el compañero de oficina de Ho Jik en Cornell, era Santo de los Últimos Días. Wayman compartió el Libro de Mormón con Ho Jik, quien lo leyó y creyó que era verdadero, pero no sintió la necesidad de cambiar de iglesia.

Antes de marcharse de Cornell, Wayman le dijo a Ho Jik que creía que el Señor lo había llevado allí para que pudiera descubrir la manera de alimentar a su pueblo tanto espiritual como físicamente. Después de esa conversación, Ho Jik se reunió con los misioneros locales, decidido a entender la doctrina de la Iglesia. El 29 de julio de 1951, Kim Ho Jik fue bautizado y, al salir del agua, oyó una voz que decía claramente: “Apacienta mis ovejas”.

Ese otoño, Ho Jik regresó a su tierra natal, devastada por la guerra, y fue nombrado para ocupar varios cargos gubernamentales prominentes. Sin embargo, la prioridad de Ho Jik era ser Santo de los Últimos Días. Comenzó a trabajar con militares para enseñar el Evangelio en Corea y algunos de sus familiares se contaron entre los primeros coreanos bautizados. Pronto se organizó una pequeña Escuela Dominical de habla coreana, con Ho Jik como instructor. “Su objetivo principal era enseñar a aquellos jóvenes, los futuros líderes del Reino de Dios en Corea”, observó Re Ho Nam, uno de los primeros conversos.

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los primeros miembros de Seúl

Los primeros miembros de la Rama Seúl, 1956.

A medida que la Iglesia crecía, los conversos coreanos y los militares estadounidenses trabajaron juntos para servir a las personas y compartir el Evangelio. Un día, un aviador Santo de los Últimos Días que prestaba servicio cerca de Busan visitó la pequeña tienda de recuerdos propiedad de Kim Do Pil y sus tres hijos. Al ver que la familia no había comido por algún tiempo, no tardó en regresar con hamburguesas para toda la familia. Los invitó a ir a la Iglesia con él y, poco después, Lee Chin Yong, la hija de Do Pil, fue bautizada. Después de su bautismo, Chin Yong le dio a su madre un ejemplar del Libro de Mormón en japonés, que Do Pil leyó detenidamente. En un pergamino de 3,6 m (12 pies) de largo, Do Pil trazó la genealogía y la línea de autoridad de los profetas, creó una cronología de las migraciones y esbozó las doctrinas fundamentales del Libro de Mormón. “Un día en particular, mientras estudiaba y pedía a Dios el conocimiento de la verdad, sentí Su Espíritu divino y eso me convenció de que debía unirme a la Iglesia”, dijo Do Pil. “He aprendido que ese libro es el misionero más poderoso que se haya usado jamás en la Iglesia”. Después de su bautismo, Do Pil comenzó a asistir a la Escuela Dominical de Ho Jik. De inmediato, los miembros de la Escuela Dominical reconocieron a Kim Do Pil como una experta en el Libro de Mormón y, con el tiempo, ella dio lecciones detalladas sobre el libro como una de las primeras presidentas de la Sociedad de Socorro de Corea.

En agosto de 1955, el élder Joseph Fielding Smith, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dedicó Corea para la predicación del Evangelio, llamó a Kim Ho Jik como presidente de distrito e instó a todos los miembros a comenzar a prepararse para el envío de misioneros. Ho Jik utilizó sus contactos en el Gobierno para obtener el reconocimiento oficial de la Iglesia y visados para los misioneros. Han In Sang, otro de los primeros conversos, observó: “Sin el Dr. Kim, [establecer la Iglesia en Corea] se habría demorado un par de décadas”.