Historia de la Iglesia
Los miembros misioneros


Los miembros misioneros

Desde los inicios de la Iglesia en Venezuela, los miembros locales han asumido la responsabilidad de compartir el Evangelio restaurado con su prójimo. A lo largo del camino, han demostrado que existen muchos enfoques diferentes para realizar la obra misional.

Una forma en que los Santos de los Últimos Días venezolanos han presentado la Iglesia a sus vecinos ha sido a través de la participación comunitaria. En agosto de 1983, la Misión Venezuela Caracas y la Estaca Caracas, Venezuela, organizaron una celebración del bicentenario del nacimiento de Simón Bolívar, el famoso revolucionario venezolano, en el centro de estaca de la Estaca Caracas, Venezuela. La velada incluyó actuaciones de dos de los grupos musicales más populares del país y se invitó al público a asistir de forma gratuita. Más de 1300 venezolanos, más de la mitad de los cuales no eran miembros de la Iglesia, se agolparon en el salón cultural para disfrutar del espectáculo. Más tarde, cientos de personas firmaron un registro pidiendo reunirse con los misioneros. El concierto también hizo que los miembros locales “se entusiasmaran más que nunca con la obra misional”.

Los jóvenes Santos de los Últimos Días han estado entre los misioneros más fieles de Venezuela. En 1990, más de setecientos alumnos de Seminario de todo el país respondieron a la admonición del Presidente de la Iglesia, Ezra Taft Benson, de inundar la tierra con el Libro de Mormón. Pasaron todos los sábados durante siete meses consecutivos compartiendo el Libro de Mormón con personas desconocidas que encontraban en la calle. Hacían preguntas a la gente como: “¿Le gusta leer?” o “Si le doy un libro que habla de la llegada de nuestro Salvador, Jesucristo, a este continente, ¿lo leería?”. Gracias a su gran fe y valentía, más de 2500 personas aceptaron reunirse con los misioneros.

Como parte de una conferencia de tres días para los jóvenes en septiembre de 2012, ciento cincuenta jóvenes de la Estaca Barcelona, Venezuela, pasaron un día entero tocando puertas y compartiendo el Evangelio con la gente de un pueblo cercano. Yusmelis Guerra, presidenta de las Mujeres Jóvenes de estaca, recordó: “La reacción de la gente fue positiva. Muy pocos fueron rechazados. La gente dejó lo que estaba haciendo para escuchar a los jóvenes y fueron muy receptivos y amables con ellos”. Muchos líderes informaron que esta parte de la conferencia fue la favorita de los jóvenes.