2019
El cambio que hace en mis días la lectura del Libro de Mormón
Agosto de 2019


El Libro de Mormón

El cambio que hace en mis días la lectura del Libro de Mormón

Nací de buenos padres y crecí dentro de los principios del Evangelio. Recuerdo que cuando era pequeña siempre, al despertar temprano por la mañana, encontraba a mi papá sentado leyendo el Libro de Mormón. Él siempre nos decía que no existía nada que haga que nuestro día sea más bendecido y que haga que el tiempo nos alcance para hacer todo lo que debíamos que iniciar leyendo el Libro de Mormón. Cuando caminábamos rumbo a la escuela, mi papá nos preguntaba qué habíamos leído y aprendido de nuestra lectura de las Escrituras esa mañana. Eran mañanas edificantes en las que caminábamos por 15 minutos juntos hablando del Evangelio; y era más grandioso aún para mí, siendo pequeña, ver cumplir las palabras de mi papá al lograr hacer cada cosa que debía y que el tiempo alcanzaba para hacer lo que debía.

Ahora, con el paso de los años y al ser adulta, podía seguir viendo a mi papá aún mantenerse firme leyendo el Libro de Mormón cada mañana sentado en el comedor de la casa. Hace casi 2 años mi papá falleció y, cuando pasamos por esa prueba difícil, nada me dio más consuelo y me llenó de tanta fortaleza y amor que el Leer el Libro de Mormón. Esa imagen la tengo firmemente arraigada en mi memoria y gracias al ejemplo de mi papá y a su amor al inculcarme la importancia diaria de la lectura del Libro de Mormón ha hecho que mi vida tenga la dirección diaria de los cielos, la compañía del Espíritu Santo, la bendición de lograr hacer mis cosas con calma durante el día y que el tiempo me alcance para todo, si inicio mi día leyendo el Libro de Mormón.

El Libro de Mormón cura cualquier herida, ayuda a moldear nuestro carácter, nos acerca a Dios y nos ayuda a reconocer la guía del Espíritu Santo en nuestros días; nos llena de amor hacia el prójimo y nos ayuda a tener calma en los momentos de prueba; es por eso que decimos que El Libro de Mormón cambia nuestras vidas. No dudo del poder de este libro y no dudo de que su promesa, incluida en la portada del Libro de Mormón, de acercarnos más a Dios es cierta; lo sé porque conmigo sucede al meditar en él. En el nombre de Jesucristo. Amén.