2020
Un mensaje para los misioneros retornados
Enero de 2020


Mensaje de la Presidencia de Área

Un mensaje para los misioneros retornados

Para empezar, quiero expresar la profunda gratitud que tengo por cada uno de ustedes por estar aquí. Ustedes han servido misiones de tiempo completo para el Señor. Muchos de ustedes trabajaron durante años para ahorrar los fondos necesarios, otros dejaron atrás oportunidades educativas y profesionales y algunos de ustedes sirvieron sin el apoyo de familiares o amigos. A pesar de estos sacrificios, sirvieron voluntariamente por su compromiso con Jesucristo y el deseo de compartir Su evangelio con los demás.

También les agradecemos por sus contribuciones al Reino de Dios desde su regreso a casa. Muchos de ustedes ahora son líderes en sus barrios y ramas locales, sirven en los templos y brindan guía y apoyo a hombres y mujeres jóvenes que necesitan ejemplos justos.

¡Gracias! Les amamos y les respetamos por su servicio consagrado al Señor y a Sus hijos.

Hace varios meses, mis hermanos en la Presidencia de Área y yo nos reunimos con el Quórum de los Doce Apóstoles. Nos congregamos periódicamente con los Doce para revisar el progreso de la Iglesia en México. En nuestra reunión más reciente uno de los temas que platicamos ampliamente fue cómo apoyar mejor a los misioneros cuando regresan a sus hogares del servicio de tiempo completo en el campo misional.

Como saben, este tiempo de transición puede presentar desafíos reales. El campo misional es un ambiente espiritual protegido ya que pasan sus días buscando, enseñando, invitando y ayudando a otros a venir a Cristo y su único enfoque es la obra de salvación. Experimentan un crecimiento espiritual significativo. Sin embargo, cuando regresan a casa, puede ocurrir un cambio inesperado en el enfoque. Muchos de los misioneros que regresan se preocupan más por las presiones del trabajo, la escuela y las citas. Se relajan sobre los hábitos espirituales diarios que desarrollaron como misioneros y se distraen por la influencia del mundo. Finalmente, algunos se desvían de la Iglesia y entran en la inactividad.

Durante nuestra reunión, los miembros del Quórum de los Doce Apóstoles, expresaron un gran amor por cada uno de ustedes y una inmensa confianza en su capacidad para mantenerse fieles en el Evangelio. También sugirieron cinco cosas que pueden hacer para construir fortaleza espiritual después de llegar a casa. Estas recomendaciones son:

  1. Recibir un llamamiento para servir en la Iglesia

  2. Servir frecuentemente en el Templo

  3. Participar en clases y actividades de Instituto

  4. Seguir una educación postsecundaria

  5. Encontrar un compañero justo para sellarse en el Templo.

Estoy seguro de que ninguno de ustedes está sorprendido por esta lista y que cada uno de ustedes reconoce la importancia de estas recomendaciones. Sin embargo, al enfrentar las presiones diarias de la vida, podemos perder de vista estas prioridades. Me gustaría revisar brevemente cada una de estas recomendaciones.

Primero, reciba un llamamiento para servir en la Iglesia. Cada uno de ustedes pertenece a un barrio o rama. Sea constante en su asistencia a su unidad para que pueda recibir un llamamiento y cumplir fielmente con sus responsabilidades. Hay muchos allí que le necesitan.1 Ore por la guía de Dios para saber cómo ayudar a cada persona de la que tiene responsabilidad.2 Además, invite a sus compañeros que no participan actualmente en la Iglesia a asistir con usted.3 Es posible que simplemente necesiten un amigo y un poco de apoyo para que decidan regresar. A medida que magnifique su llamamiento, bendecirá a muchas personas,4 será santificado por el Espíritu5 y encontrará un mayor significado en su vida6.

Si actualmente no tiene un llamamiento, vaya con su obispo y dígale que está disponible y entusiasmado para servir.

Segundo, sirva frecuentemente en el Templo. La mayoría de ustedes vive a una distancia razonable de un templo. Si este es el caso, su servicio regular allí como obrero o participante bendecirá a muchos, incluidos los antepasados ​​que han fallecido, los que asisten al templo y a usted mismo. Al servir en la Casa del Señor, aprenderá la verdad, obtendrá poder espiritual y estará protegido del mundo7. Sobre todo, fortalecerá su relación con el Salvador8.

Si desea trabajar como obrero en el Templo, comuníquese con su obispo para comenzar el proceso.

Tercero, participe en las clases y actividades de Instituto. Cada uno de ustedes tiene un Instituto local en su área que ofrece clases y actividades regulares. En el Instituto, puede aumentar su entendimiento del evangelio, conocer personas con valores similares y servir a los demás. Invite a sus amigos a asistir con usted.

Puede registrarse para las clases visitando el edificio del Instituto en su área local o accediendo al Localizador de Clases del Instituto en el sitio web de Seminarios e Institutos de Religión.

Cuarto, siga una educación postsecundaria. El Señor nos ordena “buscad conocimiento, tanto por el estudio como por la fe”9. Una educación superior es la clave para futuras oportunidades. A medida que obtenga certificaciones y títulos avanzados, calificará para un mejor empleo con un salario más alto y una mayor flexibilidad, construirá una red de relaciones que pueden ser importantes en el futuro y desarrollará habilidades para que el Señor pueda usarlo más efectivamente en la construcción de su Reino.

Hay más de 1,250 universidades, colegios e instituciones técnicas en México, y muchos ofrecen becas o matrículas asequibles. También puede considerar BYU-Pathway Worldwide, que ofrece una educación en línea acreditada a un costo accesible. Además, los animo a estudiar y mejorar su dominio del inglés. Esto también creará oportunidades para usted.

Finalmente, encuentre un compañero justo para sellarse en el Templo. Posiblemente nada tendrá un mayor impacto en su futuro que la elección de su cónyuge. Uno de los primeros mandamientos de Dios fue “dejará el hombre a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y serán una sola carne”10. Ore y busque oportunidades en la Iglesia, el Instituto y la escuela para conocer a personas con sus mismos estándares. Esfuércese por convertirse en alguien que atraiga al tipo de persona con la que espera sellarse. El Señor está dispuesto a ayudarle en este importante esfuerzo. Si no ha tenido la oportunidad de conocer a alguien para sellarse, tenga paciencia. Si hace su parte y mantiene sus convenios lo mejor que pueda, con el tiempo el Padre Celestial le proporcionará todas las bendiciones que Él tiene para Sus hijos11.

Prometo que a medida que se concentre en estas prioridades —servir en la Iglesia, trabajar en el Templo, participar en Instituto, seguir una educación avanzada y encontrar un cónyuge justo para sellarse en el Templo— el Señor le ayudará a desarrollarse espiritualmente, bendecir a otros y encontrar un propósito más profundo en su vida.

Mis queridos hermanos y hermanas, ustedes son hijos de Dios y Él tiene una obra para cada uno de ustedes en esta vida12. Él les revelará aspectos de ese plan mientras vivan con rectitud y busquen su guía. Él les ha dado dones, talentos y habilidades para realizar su trabajo y bendecir a otros13. Él les ama y les ayudará a tener éxito.

Él envió a su Hijo para ser nuestro Salvador y Redentor14 y sólo a través de Él podemos arrepentirnos15, obtener fuerza adicional16 y convertirnos en nuestro mejor ser17.

Si alguno de ustedes se ha desviado del camino recto y estrecho, puede regresar. Hay esperanza en Jesucristo. Él está listo, esperando para recibirnos18. Confíen en Él. Está lleno de misericordia, amor y luz. Él es poderoso para salvar19. Testifico de su divinidad.

Este mensaje fue transmitido en una reunión con misioneros retornados en algunas estacas de México en Octubre de 2019.

Notas

  1. Juan 21:15–17.

  2. Doctrina y Convenios 112:10.

  3. Doctrina y Convenios 88:106.

  4. Doctrina y Convenios 24:3.

  5. Doctrina y Convenios 84:33.

  6. Alma 26:12–13.

  7. Doctrina y Convenios 109:13–15, 22; 95:9.

  8. Doctrina y Convenios 97:15–16.

  9. Doctrina y Convenios 88:118; 109:7.

  10. Génesis 2:24.

  11. Doctrina y Convenios 82:10.

  12. Moisés 1:4, 6.

  13. Doctrina y Convenios 46:26.

  14. Juan 3:16.

  15. 3 Nefi 27:19–20.

  16. Isaías 41:10, 13.

  17. 3 Nefi 12:48.

  18. 3 Nefi 9:13–15.

  19. Alma 12:15.