2020
El milagro del templo
Junio de 2020


Voces de los Santos

El milagro del templo

Esta es la historia de Sallyandy y su interés de buscar a Dios. Desde su niñez recibió instrucción religiosa; esto le motivo a tener fe en el Señor y a adorarle en su iglesia. Sin embargo, siendo ya adulta sentía que congregarse y solo orar en una capilla no llenaba su espíritu lo suficiente.

Después de meditar en lo que debía hacer, una mañana de domingo, junto con su hija menor, decidió buscar eso que le faltaba, la iglesia del Señor.

El conductor pregunta: “¿Dónde vamos señora?”, a lo que ella responde: “Lléveme a una iglesia cerca, por favor. Conozco una iglesia muy bonita cerca de aquí”. Mientras se acercaba a la referencia, ella baja y pregunta al vigilante de la entrada de aquel lugar: “¿Se reúnen hoy?”, a lo que responde: “No señorita, este es el templo. Hoy se reúnen en la capilla. Le daré una dirección, ¿ok?”. “Está bien, gracias”.

Entusiasmada por la información se dirige hacia el lugar. Con un poco de intriga asoma la cabeza mientras avanza a la puerta y, de pronto, le recibe Aurora, miembro que estaba recibiendo a la congregación. Era como si se conocieran desde hace mucho tiempo, conversaron unos minutos sobre lo que a Sallyandy le aquejaba. Enseguida de la charla, conoció a Leonardo Toledo, el obispo del barrio, y desde entonces asistió; y siendo una mujer temerosa de Dios y de extremada fe, empezó a guardar la ley del diezmo.

A la siguiente semana conoció a las misioneras del barrio. Ellas llamaban, pero no contestaba; quizás pensaron: “¿No le gustó la Iglesia?”, pero lo que no sabían es que la semilla estaba hinchándose en el corazón de aquella humilde mujer. Sallyandy se volvió muy amiga de Aurora, mantenían constante comunicación y recibía consejos de ella. Uno de esos tantos consejos le permitió ver que el estado financiero de su negocio estaba disminuyendo debido a una actuación fraudulenta de personas en quienes ella confiaba.

Después de algunas semanas de ausencia, y debido a este gran desafío económico, el 10 de marzo se hizo posible que ella conociera las verdades restauradas del evangelio de Jesucristo; un arduo trabajo de las misioneras y su amiga Aurora. Consecutivamente, quince días después su hija Nicol recibió charlas misionales; el mismo día en que Sally asistió por primera vez al templo del Señor, en Barranquilla.

Grandes milagros son los que el Señor otorga a los que anhelosamente esperamos. Es así que Sally y Nicol se bautizaron el sábado 27 de abril y ahora esperan disfrutar de las bendiciones de encontrar la verdad. Ese vacío que faltaba se llenó gracias al evangelio de Cristo.