2015
Las cartas de la abuela Whittle
Febrero de 2015


Testigo especial

Las cartas de la abuela Whittle

Cuando el élder Richard G. Scott era joven, su padre no era miembro de la Iglesia. Su madre era miembro, pero no asistía a la Iglesia muy a menudo. Cuando Richard cumplió los ocho años, no se bautizó. Un día, la abuela Whittle fue a visitarlos;

ella era un muy buen ejemplo; ayudó a Richard y a sus hermanos a aprender lo importante que es bautizarse y asistir a la Iglesia. Poco después, Richard y su hermano mayor se bautizaron.

Cada vez que Richard tenía que dar un discurso en la Iglesia, llamaba a la abuela Whittle por teléfono para que le diera ideas. Al poco tiempo, recibía una carta por correo con un discurso que su abuela había escrito para él. Cuando él ya era un poco mayor, le mandaba una reseña con ideas para ayudarle a escribir su propio discurso. Richard siempre supo que la abuela Whittle lo amaba y amaba el Evangelio.

En la universidad, Richard conoció a otro buen ejemplo; se llamaba Jeanene. Una noche, ella le dijo: “Cuando me case, será con un ex misionero en el templo”. Richard decidió orar en cuanto a servir en una misión. Poco después, tanto él como Jeanene sirvieron en misiones. Después de regresar a casa, Richard y Jeanene se casaron en el Templo de Manti, Utah.