2019
Cómo Ven, sígueme ha fortalecido mi testimonio
Agosto de 2019


Voces de los Santos de los Últimos Días

Cómo Ven, sígueme ha fortalecido mi testimonio

En la ansiosa espera de nuestro nuevo bebé, mi esposo y yo nos preguntábamos qué podíamos hacer para fortalecernos más espiritualmente como padres.

Desde el momento en que anunciaron los cambios de horarios de las reuniones de la Iglesia y el nuevo programa de Ven, sígueme, sentí el deseo de saber más. Así que, tomé la determinación de que, al aparecer el manual de estudio en la aplicación “Biblioteca del Evangelio”, iba a hacer una investigación personal para autocapacitarme sobre esos nuevos cambios.

Cuando al fin salió la aplicación comencé a leer al respecto. Luego llegaron los manuales a nuestra unidad y, con ello, la emoción de ver el material impreso. A simple vista se podía observar tiempo y dedicación en la preparación del material, y eso hizo que mi mente y mi espíritu se conectaran para querer profundizar más en el tema.

Decidí que necesitaba comprender cómo sería mi cambio personal, mi cambio familiar, mi cambio como maestra de la Escuela Dominical de adultos y, al mismo tiempo, con los jóvenes, ya que trabajo con ellos también en mi llamamiento. Pero entre todos esos, descubrí que también tenía que planear cómo aplicar los cambios en el llamamiento más importante de mi vida, ya que me convertiría en madre.

Este año comenzamos con el Nuevo Testamento. El aprender de la vida del Salvador, desde su nacimiento como bebé, hizo que mi esposo y yo reflexionáramos. También nos hizo fijar metas de lo que esperamos lograr los tres como familia en el futuro. El leer sobre esos amorosos padres terrenales que el Salvador tuvo nos hizo comprender muchas cosas.

Sentimos la importancia de saber y reconocer que nuestro hijo es un hijo de Dios, y que, así como nosotros, él tiene un propósito en la vida. Aprendimos que es nuestro deber enseñarle el Evangelio en el hogar. Quizás habrá momentos en los que no podamos estar con él, pero confiamos en que le podamos enseñar de tal manera que siempre recuerde lo que nuestro Padre Celestial espera de él. Sobre todas las cosas, esperamos que sepa que le amamos por ser una verdadera bendición en nuestras vidas, tal como el Señor lo fue en la vida de María y José.

Ven, sígueme ha fortalecido mi testimonio de que las familias son ordenadas por Dios y que Jesucristo desea que aprendamos de Él, porque es el camino directo hacia el Padre Celestial. Los convenios que hacemos con Él me aseguran que, si permanecemos fieles como familia, un día podremos estar en unión familiar al lado de nuestros amorosos Padres Celestiales.

Sé que, si cumplimos con esta nueva cultura de la Iglesia de la manera en que se nos ha mandado, todos nosotros, incluso nuestros hijos y futuras generaciones, lograremos una fortaleza espiritual que nada ni nadie podrá contraatacar; estaremos más preparados para combatir las tentaciones del enemigo y nuestra fe y amor por el Salvador aumentarán.