2021
Camino hacia el testimonio
Junio de 2021


Cómo llegué a saberlo

Camino hacia el testimonio

Han pasado muchos años, pero aún recuerdo aquellos tiempos de mi tierna infancia. Puedo decir, al igual que Nefi, que he nacido de buenos padres, quienes desde los comienzos de mi vida me han inculcado los principios del Evangelio e instruido en la doctrina de las Escrituras de tal manera que crecía, además de en estatura, en conocimiento y testimonio día a día. 

Al pasar los años llegó el momento tan esperado del bautismo, donde realicé un convenio eterno y sagrado con el Señor de que le sería fiel aun hasta la muerte. En ese entonces era solamente un niño, ajeno a las monstruosas y oscuras iniquidades y combinaciones del mundo; todo era felicidad y diversión, sonrisas y risas por doquier.

Pero no pasaron muchos años hasta que llegué a la conclusión de que la vida no era como un “cuento de hadas”, sino que era una lucha constante en contra de fuerzas tanto físicas como espirituales. Fue así como aquellas fuerzas paulatinamente lograron penetrar en mi mente y corazón, sembrando la semilla de la duda, llevándome a cuestionar todo lo que creía, lo que amaba y lo que era.

Esas dudas fueron hollando mi fe y testimonio y me sumieron en la más oscura y profunda de las tinieblas, a tal grado que deseé abandonar todo. Pero tenía que encontrar una prueba, algo que contundentemente me dijera que esta no era la Iglesia verdadera, que no era la Iglesia de Jesucristo. Fue así que empecé mi cruzada para hallar la verdad. Afortunadamente, al contemplar ese extraño panorama, decidí que la mejor manera de hacerlo sería buscando respuestas en lo que prácticamente nos representa como Iglesia, el Libro de Mormón.

Durante años estudié ese libro (incluso en seminario), escudriñé cada palmo de él, cada palabra, cada “misterio” que pudiese hacerme dudar. Mientras más lo leía, mientras más oraba con respecto a sus enseñanzas, más convencido estaba de mi error y de que ese libro era verdadero.

Ahora sé, así como sé que cuando sale el sol es de día y cuando sale la luna es de noche, que ese libro, el Libro de Mormón, es verdadero. No existe error ni equivocación en él, es perfecto y aquel que lo lea logrará un mayor conocimiento del evangelio de Jesucristo.

Ahora soy un misionero de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y es a causa de la sabia decisión que tomé tanto tiempo atrás de no recurrir a la sabiduría de los hombres para resolver mis incógnitas, sino a la sabiduría de Dios.

Hermanos y hermanas, os invito a que, al tener dudas, no miréis las equivocaciones o errores de vuestros líderes o hermanos, pues ellos son humanos, son hombres y mujeres que están sujetos a las mismas pruebas y aflicciones que vosotros tenéis, por ende, son propensos a cometer errores. No tengáis en cuenta eso, mas resolved siempre vuestras dudas con las herramientas proporcionadas divinamente por nuestro amoroso Padre Celestial: las Escrituras.

Os prometo en el nombre de Jesucristo que, si fijáis vuestra mira únicamente en la gloria de Dios, y no perdéis de vista vuestro propósito divino y no desecháis las sagradas Escrituras que contienen la clave para la felicidad eterna, podréis superar todas las pruebas, por más difíciles que estas sean. En el nombre de Jesucristo. Amén.