2019
Los mártires y mi testimonio
Junio de 2019


Los mártires y mi testimonio

Sunju Kim Muir

Maryland, EE. UU.

Imagen
scene from Carthage

Ilustración por Allen Garns.

Tuve dudas cuando los misioneros me enseñaron acerca de José Smith y del Libro de Mormón. Lo primero que pensé fue que José Smith, como muchos otros presuntos “profetas”, podría haber sacado a la luz un libro falso para hacerse rico, famoso o un heroe.

Yo no tenía ninguna intención de leer el Libro de Mormón, pero, con el paso del tiempo, la amistad de los misioneros y su entusiasmo por el Evangelio permitieron que mi curiosidad hacia su mensaje aumentara.

Al leer los versículos que los misioneros me dieron del Libro de Mormón, encontré la invitación de Moroni de preguntar a Dios con un corazón sincero, con verdadera intención y fe en Cristo, si el Libro de Mormón es verdadero (véase Moroni 10:4–5). Pensé: “¿Qué persona, sabiendo que el libro era falso, se atrevería a desafiarnos a preguntar a Dios con sinceridad y verdadera intención si el Libro de Mormón es verdadero?”.

Entonces, un día, los misioneros me explicaron que José Smith y su hermano Hyrum murieron como mártires por su testimonio. De pronto, se me ocurrió que ellos nunca habrían dado su propia vida por algo que sabían que era falso. En ese momento, me embargó un cálido sentimiento, como un fuego ardiente. Era un testimonio del Espíritu Santo que le confirmaba a mi corazón que José Smith era un verdadero profeta. Con ese testimonio, fui bautizada y confirmada.

Recordé aquella experiencia veinticinco años después, cuando leí un discurso del élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles. En su discurso, el élder Holland preguntó si, en el momento crítico de su martirio, José y Hyrum continuarían blasfemando ante Dios al supeditar su vida, su honor y su salvación eterna a un libro que sabían que era falso.

¡Ellos no harían eso!”, dijo el élder Holland. “Estaban dispuestos a morir antes que negar el origen divino y la veracidad eterna del Libro de Mormón”1.

Las palabras del élder Holland me parecían muy sensatas, y fortalecieron aún más mi testimonio del profeta José Smith y del poder del Libro de Mormón.

Estoy agradecida por el profeta José Smith; él sacó a la luz el Libro de Mormón y estuvo dispuesto a dar su vida para ser testigo de Jesucristo. Por medio del Libro de Mormón, he llegado a saber de la existencia de Dios y de Su amor por mí.

Nota

  1. Jeffrey R. Holland, “Seguridad para el alma”, Liahona, noviembre de 2009, pág. 89.