2019
Ministrar de ambos lados del velo
Agosto de 2019


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Ministrar de ambos lados del velo

El viernes 12 de abril se llevó a cabo una hermosa actividad en la que jovencitas y jóvenes en edad del Sacerdocio Aarónico pudieron ayudar a los Setentas del Área con sus árboles familiares. Para ello, fue necesario una preparación previa que se llevó a cabo con la ayuda de los Consultores de Templo e Historia Familiar del Consejo Buenos Aires Norte. Ellos acudieron a los líderes de sus estacas asignadas para encontrar a los jóvenes.

Fueron seleccionados jóvenes que habían tenido alguna experiencia con Family Search. Luego se realizaron varias capacitaciones en el Instituto de Religión de Buenos Aires, en las capillas de Pacheco (Estaca Litoral) y Pilar (Estaca Escobar). En ellas recibieron capacitación sobre qué debían observar en los árboles y cómo ayudar con los de los líderes que les serían asignados más adelante.

Entre las posibilidades estaban el ingresar a ver posibles ordenanzas para imprimir y llevar al templo; solucionar problemas de datos, como lugares y fechas estandarizadas; ver sugerencias de investigación aportadas por el programa; combinar posibles duplicados y pedir autorización para efectuar ordenanzas.

Algo muy importante fue prepararlos, como futuros líderes que serán, para que se sintieran seguros con la información que se les proporcionaría.

Finalmente, se les brindó la información que aportaron los Setentas voluntariamente y se les instruyó observar y registrar lo que pudiera hacerse en los árboles sin tocar ni modificar nada en los mismos. Ellos trabajaron, con sus conocimientos, en dichos árboles; luego nos los reenviaron para que pudiéramos revisarlos y corregirlos, de ser necesario, hasta que finalmente estuvieron listos para la actividad.

Todos los jóvenes estaban muy emocionados por tener esta experiencia tan personal y especial.

Estos jóvenes harán un gran aporte en sus estacas y unidades, así como en sus familias. Han ido y visto y, sin duda, el participar de este servicio será un día que nunca olvidarán.

Los Setentas que recibieron ayuda de estos jóvenes también se mostraron muy agradecidos. Nos sentimos muy humildes al ver la influencia del Espíritu Santo uniendo familias a ambos lados del velo.

“Fue una muy linda experiencia que la llevo guardada en el corazón. Esta actividad me ayudó a entender mejor la importancia que tiene hacer historia familiar y lo necesario que es hacerlo. Me animó mucho a poder ayudar a las demás personas para que puedan entender la importancia que tiene y a poder trabajar más en historia familiar. Estoy profundamente agradecida a Nuestro Padre Celestial por la bendición que tuve de haber participado en esta maravillosa obra de hacer historia familiar y trabajar junto a uno de los Setentas asignados a nuestra Área”. —Brenda V., 15 años, Barrio Pilar, Estaca Escobar

“Se sintió un amor especial al trabajar con una autoridad y poder ayudarle a unir los lazos familiares por la eternidad”. —Elian M., 17 años, Barrio Pilar, Estaca Escobar

“Fue una experiencia muy linda y pude aprender mucho más de FamilySearch y de cómo completar mi árbol familiar. Me siento muy feliz porque aprendí sobre la importancia de la historia familiar; estoy ayudando a mi familia a poder completar su árbol y poder llevar nombres al templo también. Sinceramente agradezco haber podido ir a esa actividad; sé que la historia familiar es súper importante y que necesitamos hacer la obra por nuestros antepasados. Cuando conocí al élder Villar fue grandioso y aprendí mucho de Él”. —Julieta M., 13 años, Barrio Congreso, Estaca Congreso

“Me sentí muy agradecida por esta experiencia. Hasta ahora, es la experiencia espiritual más linda que tuve. Me encantó participar en Family Search y espero poder seguir ayudando a otras personas a conectarse con sus antepasados y hacer convenios. Se pudo sentir mucho el Espíritu y es una bendición poder servir a los demás”. —Emma B., 14 años, Barrio El Talar, Estaca Litoral

“La experiencia de estar junto a una autoridad de la Iglesia hablando y compartiendo experiencias sobre la Historia Familiar fue increíble de tan solo pensarlo. Me preparé mucho tiempo antes para poder ayudar desde mi posición con la historia familiar de un Setenta y, al momento de nuestro encuentro, me di cuenta de que ellos se preocupan mucho por su árbol genealógico y cuidan cada detalle; son un ejemplo para mí. Fue una experiencia inolvidable y que para mí significó mucho, ya que pude aprender mucho de él, como espero que él también se haya llevado una linda experiencia. Fue maravilloso poder participar de esta actividad; agradezco mucho por la preocupación de las autoridades de la Iglesia por estos temas que hoy en día son cruciales. Sé que la Iglesia es verdadera y puedo testificar de ello, tanto como sé que la historia familiar y la obra que conlleva es una obra de amor para salvar a la familia humana y así poder, algún día, reunirnos felices todos juntos”. —Nicolás F., 16 años, Barrio Villa Adelina, Estaca Norte

“Fue una experiencia hermosa el haber ayudado a una autoridad con su historia familiar. A veces pensamos que a aquellos hermanos no tenemos nada que enseñarle, pero en realidad no es así. Me llenó de gozo ver la cara de felicidad del élder Ríos al ver que podía llevar su tarjeta al templo, así como ser impulsor para que continúe trabajando para ayudar a aquellos que están del otro lado del velo. Sé que este es el único medio para ayudar a las personas que ya no están en vida y que, si nos esforzamos, vamos a vivir por toda la eternidad con ellos”. —Joaquín M., 17 años, Barrio Virreyes 1, Estaca Litoral

“Tuve la oportunidad de prepararme para esta experiencia con el élder Sanhueza donde pudimos hablar sobre su árbol genealógico y el compromiso que nosotros tenemos sobre nuestra genealogía. Pude fortalecer mi testimonio acerca de la historia familiar y la importancia que nosotros tenemos en la salvación de nuestros antepasados.

“Sé que la obra familiar es el plan para que nuestros antepasados y sus familias puedan heredar un hogar celestial y vivan juntos por la eternidad. Sé que si hacemos esfuerzos por unir a los hijos y los padres por la eternidad estamos ayudando en esta gran obra a la que el Señor nos llama a recoger a Su pueblo y vamos a ser bendecidos por esos esfuerzos. Nuestro árbol genealógico es el mapa que nos guiará a recoger a Israel en nuestras familias. Sé que Dios nos conoce y, al igual que nos conoce a nosotros, él conoce a nuestros familiares y antepasados, nos ama y desea que volvamos a vivir con él”. —Abril D., 17 años, Barrio Saaverdra, Estaca Belgrano

“Recuerdo que una mañana me senté en frente de mi computadora y no sabía por dónde empezar, o qué hacer. Entonces recordé a las hermanas que con tanto amor y paciencia nos habían exhortado a que en esas ocasiones invoquemos a los cielos, en una oración; y fue lo que hice. Pensé que la respuesta llegaría en la semana, pero en ese momento, empecé a sentir fuertes impresiones exactas de cada paso y cada cosa que debía hacer, e inmediatamente empecé a anotarlas. No podía creer que, a medida que pasaba el tiempo y me perdía con los nombres, oraba o simplemente le pedía a mi Padre Celestial que pueda guiarme y encontrar aquellos nombres que había perdido de vista en el árbol del élder, y simplemente sentía paz e impresiones de direcciones; obedecía y encontraba aquellos nombres. Fue una experiencia muy sagrada que anoté y que llevaré siempre en el corazón. Luego, conocer al élder asignado fue una completa bendición debido a que no podía creer que él era descendiente de aquellos nombres que había perdido y encontrado; fue increíble. Fue una experiencia simple, pero mi testimonio creció exponencialmente, y ahora sé que no son solo nombres con números, sino son almas que vivieron y que su progenie está en la tierra y, si los llevamos al templo, pueden ser familias eternas. Ahora lo sé con todo mi corazón, y es increíble el poder de Dios para acelerar su grandiosa obra. Ahora no tengo ninguna duda de que esta es Su obra, Su gloria, y debemos llevar a cabo la inmortalidad, la vida y la muerte como el batallón de jóvenes guerreros de nuestro Padre Celestial”. —Sariah V., 17 años, Barrio Juncal, Estaca Congreso