El 50 aniversario de la Iglesia en España se celebra también en Salt Lake City

La llegada de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a España es, y fue, lo más grande que ha acontecido en nuestro país a lo largo de su historia.

Recibir las buenas nuevas del Evangelio restaurado y tener acceso a bendiciones eternas es siempre el comienzo de la libertad del alma, a la que todos aspiramos.

El principio fue difícil. Como testigo personal de todo ello, y como uno de los ocho misioneros que abrieron Barcelona en octubre del año 1969, lo sé de primera mano. Pero el Señor siempre es fiel, y Su poder se manifestó entre nosotros al darnos los frutos de las primeras cosechas en Madrid, Barcelona y Sevilla, las ciudades en las que el Evangelio se predicó en esos primeros días llenos de milagros.

El pasado 19 de mayo la capilla en Lago Salado estaba llena. Nos reunimos bajo el liderazgo de Lloyd Brimhall y Clark B. Hinckley, quienes habían preparado una presentación llena de imágenes y recuerdos que nos llenaron de emoción para celebrar los cincuenta años de la Iglesia en España.

Misioneros, presidentes de misión con sus esposas y familias estuvieron presentes. También nos acompañaron Marisol Portomarín, Francisco Jiménez y José María Oliveira, quien nos hizo llorar y reír con palabras llenas del espíritu de lo que es un verdadero español. Todos ellos pioneros. Bien emocionante fue el verlos y hablar sobre nuestras vidas y actividades.

El Santo Espíritu se manifestó entre nosotros en esa reunión inolvidable. Lo que en ella sentimos se ha quedado con nosotros para siempre.

El 20 de mayo de 1969, en la Casa de Campo de Madrid, el élder Marion G. Romney pronunció una bendición apostólica y dedicó el país para la predicación del Evangelio.

Sus palabras fueron proféticas:

“Bendice a los nacidos en esta tierra, al hermano Oliveira y otros; que ellos puedan ser líderes de su propio pueblo; que Sion pueda crecer y aumentar en esta tierra; que los justos puedan congregarse y que, en un futuro no muy distante, puedan establecerse en esta tierra barrios y estacas para el fortalecimiento de Tu pueblo y para la salvación de Tu pueblo sobre esta tierra”.

Y todo ello, lo que ese apóstol del Señor profetizó, ya se ha cumplido.