Liahona
Por qué es importante recordar quiénes son
Febrero de 2024


“Por qué es importante recordar quiénes son”, Liahona, febrero de 2024.

Jóvenes adultos

Por qué es importante recordar quiénes son

Ustedes fueron enviados aquí y ahora a fin de ayudar a preparar al mundo para el glorioso regreso del Señor.

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Varios hombres y mujeres jóvenes

El profeta del Señor, el presidente Russell M. Nelson, ha dicho algunas cosas emocionantes sobre el futuro. Consideren esta audaz declaración profética:

“Mis queridos hermanos y hermanas, tenemos por delante muchísimas cosas maravillosas. En los días venideros veremos las mayores manifestaciones del poder del Salvador que el mundo jamás haya visto. Entre ahora y el momento en que regrese “con poder y gran gloria” (José Smith—Mateo 1:36), Él concederá innumerables privilegios, bendiciones y milagros a los fieles”1.

Yo presto particular atención cuando el presidente Nelson dice cosas como esa. Al pensar en lo que está sucediendo en el mundo de hoy, mis pensamientos se dirigen a ustedes como los líderes presentes y futuros de la Iglesia y que tendrán un asiento de primera fila para muchas de las grandes manifestaciones de poder del Señor. De hecho, creo que ustedes serán más que testigos, serán partícipes. El Señor los utilizará como Sus instrumentos para hacer que sucedan los milagros en los últimos días.

El Señor confía en ustedes

¿Por qué pienso eso? Por lo que el presidente Nelson ha dicho de ustedes. Hablando de manera específica a los jóvenes adultos, él declaró: “Ustedes […] son ‘linaje escogido’ (1 Pedro 2:9), preordenados por Dios para realizar una obra extraordinaria: ayudar a preparar a las personas de este mundo para la Segunda Venida”2.

Ustedes son algunos de los “nobles y grandes” (Abraham 3:22). El Señor confía en ustedes y sabe que son capaces de lograr grandes cosas con los talentos y dones que Él les ha dado.

Cuando las expectativas son altas, es natural preocuparse por no estar a la altura. “¿Y si lo arruino y decepciono al Señor?”. El temor al fracaso puede ser paralizante, pero sé que pueden tener éxito por dos razones: (1) lo que sé sobre ustedes y (2) lo que sé sobre el Salvador Jesucristo.

Recuerden quiénes son

Satanás está haciendo todo lo posible para confundirlos y engañarlos en cuanto a quiénes son en realidad. Así es como él planea mantenerlos alejados de su emocionante futuro. Para contrarrestar esto, el presidente Nelson nos ha enseñado con claridad acerca de nuestra verdadera identidad. “Primero y más importante, son hijos de Dios”, afirmó él. “Segundo, como miembros de la Iglesia, son hijos del convenio; y tercero, son discípulos de Jesucristo”3.

¿Por qué es importante esto? Piensen en lo que realmente significa ser hijo de Dios. Significa que tienen divinidad dentro de ustedes. Significa que tienen un valor eterno: un valor intrínseco, independiente de sus circunstancias terrenales. ¡El potencial de ustedes es ilimitado!

Además de eso, ustedes son hijos del convenio. Eso les da un vínculo especial con el Padre Celestial y Jesucristo4. Así como el matrimonio une a una pareja y supone una relación más comprometida que el simple noviazgo, sus convenios elevan su relación con Dios a un nivel más alto de compromiso y poder.

Por añadidura, son discípulos de Jesucristo. Eso significa que tratan de amar como Él ama, de perdonar como Él perdona y de defender la verdad como Él lo hizo a lo largo de Su vida terrenal.

Si cuando se miran en el espejo ven a un hijo de Dios, a un hijo del convenio y a un discípulo de Jesucristo, entonces estoy seguro de que pueden cumplir con las altas expectativas que el Señor tiene de ustedes, tal como lo han hecho otras personas antes que ustedes.

Ester comprendió su verdadera identidad conforme luchó contra sus temores, salvó a su pueblo y glorificó a Dios. Al igual que Ester, ustedes fueron preparados “para esta hora” (Ester 4:14).

Jeremías no creía estar a la altura del llamado que Dios tenía para él. El Señor le recordó a Jeremías su identidad eterna: “Antes de que te formase […] te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). También prometió poner Sus palabras en boca de Jeremías (véase Jeremías 1:9). Ustedes pueden recibir bendiciones similares si recuerdan quiénes son realmente y por qué están aquí.

Recuerden quién es Él

Sin embargo, aun cuando traten de verse a sí mismos como el Señor los ve, en ocasiones se sentirán abatidos por sus propias debilidades. Eso nos sucede a todos. Incluso le sucedió a Nefi, la misma persona que con valentía abandonó Jerusalén, obtuvo las planchas de bronce, salvó a su familia de morir de hambre en el desierto, construyó un barco, cruzó el océano y estableció una nueva vida en una tierra desconocida. Después de todo eso, en un momento de examen de conciencia, Nefi exclamó:

“¡Oh, miserable hombre que soy! Sí, mi corazón se entristece a causa de mi carne. Mi alma se aflige a causa de mis iniquidades” (2 Nefi 4:17).

Pero luego, con un giro significativo, afirmó: “No obstante, sé en quién he confiado. Mi Dios ha sido mi apoyo” (2 Nefi 4:19–20). Nefi sabía que el Señor, que había sido su fortaleza todo el tiempo, continuaría fortaleciéndolo. Él declaró: “¡Despierta, alma mía! No desfallezcas más en el pecado” (2 Nefi 4:28) y: “¡Regocíjate, oh mi corazón […]! Sí, mi alma se regocijará en ti, mi Dios, y la roca de mi salvación” (2 Nefi 4:30).

Cada vez que duden de sí mismos, pueden decir como dijo Nefi: “¡Oh Señor, en ti he puesto mi confianza, y en ti confiaré para siempre!” (2 Nefi 4:34). Cuando sientan temor o desánimo, recuerden estas palabras del Señor: “No temáis, rebañito; haced lo bueno; aunque se combinen en contra de vosotros la tierra y el infierno, pues si estáis edificados sobre mi roca, no pueden prevalecer” (Doctrina y Convenios 6:34). Ustedes pueden ser fuertes porque Él es fuerte.

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Representación de Jesucristo tomada de un video de la Iglesia

Con Su fortaleza, ¡pueden hacerlo!

En ocasiones, serán probados para ver cuán firmemente han edificado su vida sobre el fundamento de Jesucristo. En esos momentos, “cuando el diablo lance sus impetuosos vientos […] [y] todo su granizo y furiosa tormenta os azoten”, no es solo la fortaleza de la casa lo que importa, sino la fortaleza de la conexión de la casa con el “fundamento seguro”, “la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo” (Helamán 5:12).

Testifico que ustedes están destinados a ser piezas clave en la preparación del mundo para la segunda venida del Salvador. Cosas maravillosas y milagrosas habrán de suceder de aquí a entonces. Los corazones cambiarán, los muros de incredulidad se derrumbarán, el sitio de la tienda de Sion se ensanchará, la familia de Dios será reunida. Y ustedes serán parte de ello. Todos tenemos desafíos en este mundo telestial y enfrentamos límites a lo que podemos lograr solos, pero podemos elegir regresar a la seguridad y a la paz dentro del redil de nuestro Salvador. En verdad, “todo lo p[odemos] en Cristo que [nos] fortalece” (Filipenses 4:13).