2019
El élder D. Todd Christofferson habla a los misioneros de la Misión República Dominicana Santo Domingo Oeste
Junio de 2019


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El élder D. Todd Christofferson habla a los misioneros de la Misión República Dominicana Santo Domingo Oeste

En una soleada y fresca mañana, los misioneros asignados a la Misión República Dominicana Santo Domingo Oeste se reunieron en la capilla de San Gerónimo, en la ciudad de Santo Domingo. En esta ocasión especial, para escuchar a un Apóstol del Señor Jesucristo y a otras autoridades de la Iglesia y ser “nutrido[s] con las palabras de la fe y de la buena doctrina…” (1 Timoteo 4:6).

El élder Christofferson se presentó temprano, acompañado de su amada esposa, la hermana Katherine Jacob Christofferson; el élder José L. Alonso, de los Setenta, y su esposa, la hermana Rebeca Salazar; y el élder Cándido Fortuna, Setenta de Área, y su esposa, la hermana Damaris Rosario. Ellos fueron recibidos por el presidente Santos, quien preside la misión, también acompañado de su esposa.

La reunión comenzó con un hermoso preludio, tras lo cual, los misioneros, bajo la dirección del Apóstol, se acercaron a saludarle, así como a sus acompañantes.

Un coro de misioneros interpretó un himno en inglés y en español, llenando el ambiente de paz y preparando a todos los presentes para esta reunión tan especial.

El élder Christofferson pidió a quienes le acompañaban compartir un breve mensaje, en el cual cada uno se enfocó en compartir sus sentimientos sobre el Libro de Mormón, la restauración del Evangelio, la obra misional y la misión sagrada de nuestro Salvador Jesucristo.

“Un misionero debe estar constantemente invitando a las personas a actuar,” declaró el élder Fortuna al dirigirse a los misioneros.

En su mensaje, el élder Alonso hizo referencia a las palabras que se encuentran en 1 Nefi 3:7. Él enseñó: “Él [el Padre Celestial] nos proporciona una vía para poder cumplir con lo que nos ha mandado”. Al concluir sus palabras, agradeció el trabajo que cada uno de los misioneros hace en favor de la obra del Señor.

La hermana Christofferson se dirigió a los misioneros intercalando sus palabras en inglés y español con el fin de que el mensaje que compartía fuera entendido en su totalidad por los misioneros nuevos y los que ya tienen cierto tiempo en el campo misional. Les compartió el pasaje de Escritura que se encuentra en 2 Reyes 4:1–7 y les enseñó: “En ese tiempo era costumbre que los acreedores tomaran a los hijos de los deudores como parte del pago de la deuda”, y en esa situación se encontraba esta mujer.

Tras obedecer a Eliseo y tomar prestada todas las vasijas de sus vecinos, estas fueron llenas de aceite, y nótese que “el aceite paró de fluir cuando ya no hubo más vasijas”. Es interesante resaltar que “no solo se le dio lo suficiente para pagar la deuda que tenía, sino también para vivir en el futuro”. “Hay dos enseñanzas importantes allí”, indicó la hermana Christofferson. “Primero, que el Señor proveerá para los que tiene fe en Él; y segundo, que debemos estar preparados para recibir lo que Dios nos desea dar”. La hermana Christofferson concluyó sus palabras agradeciendo el servicio de los misioneros en este país.

Antes de concluir, y como orador principal, el élder Christofferson se dirigió a los misioneros en español. Resaltó el mensaje compartido por cada uno de los que le antecedieron. Les dijo: “Como indicó mi esposa, recibimos todo lo que estemos preparados para recibir”. Luego les preguntó a los misioneros: “¿Qué cosas podemos hacer para prepararnos para recibir las bendiciones que se nos han prometido?”.

“Ser obedientes”, respondió uno de los misioneros. Tras lo cual el élder Christofferson agregó: “Podemos aprovechar lo que ya [se] nos dio, es decir los mandamientos. Los mandamientos son escaleras, nos ayudan a subir, cada paso más [cerca de Él]”.

Continuó invitando a los misioneros a que ayunaran una vez por mes, ya que eso les ayudará a tener el Espíritu y abrirá sus mentes y corazones para tener mayor revelación. También les dijo: “Al estudiar las Escrituras, en especial el Libro de Mormón, no solo aprendo, sino que también me corrijo”. Indicó que se puede ser mejor al estudiar las Escrituras. Resaltó que también al compartir nuestro testimonio, “recibimos testimonio. … El Espíritu le testifica a usted que lo que comparte es verdadero”. Agregó que debemos “pedir en oración” mostrando que queremos más. “Podemos pedir, según Su voluntad, por más, por lo que necesitamos,” concluyó él.

Al finalizar sus palabras, les dio una bendición especial. Les dijo: “Les bendigo para que puedan tener mayor poder en su enseñanza, al enseñar los principios del Evangelio. Mayor capacidad y mayor poder convincente en su enseñanza, y mayor poder persuasivo. Que las personas puedan sentir ese amor tan profundo que ustedes tienen por ellas, miembros y no miembros. Que reciban respuestas a sus oraciones”. Se despidió compartiendo su testimonio sobre la veracidad del Evangelio, de que Jesucristo dirige Su Iglesia y que, tal cual el profeta José Smith, el presidente Nelson también fue llamado por Dios.