Liahona
Un rostro en la ventana
Marzo de 2024


“Un rostro en la ventana”, Liahona, marzo de 2024.

Voces de los Santos de los Últimos Días

Un rostro en la ventana

Pensaba que mi vecina simplemente era entrometida, pero descubrí que solo necesitaba una amiga.

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Fotografía de Maija-Kaarina Mäkinen

Fotografía cortesía de la autora

Solía ver el mismo rostro mirando desde la ventana de un apartamento. Yo pensaba: “¿No es triste que alguien mire constantemente por la ventana y juzgue las actividades de sus vecinos?”.

Un día pensé que tal vez debía ir a preguntarle si necesitaba ayuda. Decidí llevar pan recién horneado.

El pan caliente derritió el hielo del corazón de mi anciana vecina. Entre lágrimas me contó lo sola que se sentía. Nadie la visitaba ni la llamaba, ni siquiera sus propios hijos. Con una mano temblorosa, se secó las lágrimas de las mejillas.

Ella suspiró y dijo: “Qué lindo sería simplemente dejar este mundo. No juzgo a nadie cuando miro por la ventana. Solo veo a los niños jugar y otras cosas que suceden en el jardín”.

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Una mujer mirando por la ventana

Ilustración por Alex Nabaum

Con el tiempo, hablamos del Evangelio. Al principio se mostró reticente porque su esposo sirvió como oficial en otra iglesia. Sin embargo, cuanto más hablábamos, más impresionada quedaba con las verdades que le transmitía sobre Jesucristo y Su Evangelio restaurado.

“¡Es maravilloso que tengamos el mismo Jesús!”, dijo ella. “¿Nos veremos en el cielo?”.

“Sí”, respondí yo. “Estaremos allí juntas, de la mano”.

Desde entonces, fuimos buenas amigas durante muchos años, hasta que finalmente abandonó este mundo.

Ahora me gusta pensar que mi antigua vecina mira desde la ventana de su hogar celestial, siguiendo nuestras actividades y esperando que tengamos suficiente armonía y amor entre nosotros.