Voces de los miembros
La obra misional y su poder en mi vida
La obra misional es un deber de cada hijo de nuestro Padre Celestial. Haber sido misionero de tiempo completo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue una decisión propia que cambió mi vida por completo. No me sentía preparado para predicar durante dos años y tampoco sabía de las tribulaciones y pruebas que esto conllevaba, aun así, seguí adelante en esta misión tan especial para ayudar a los demás a que conocieran el Evangelio restaurado de Jesucristo aquí en la tierra.
La obra misional tiene un gran impacto e influencia en nuestras vidas y en la de los demás. Nos ayuda a ejercer nuestra fe, sintiendo el amor puro del Salvador. Siempre estamos en busca de la verdad, de lo mejor y también de nuestro bienestar.
Apoyar y seguir esta obra nos da un impulso único que va a forjar nuestro carácter y dejará una marca inolvidable en nuestra vida. Somos instrumentos en las manos del Señor y siempre vamos a recibir Su guía.
Como misionero, el Señor me inspiró con las estrategias necesarias para que ayudara en esta obra. En muchas ocasiones fui rechazado, pero jamás vencido. Una de mis Escrituras favoritas que me ayudó a continuar dando lo mejor para lograr mis objetivos durante la misión y en mi vida, se encuentra en Doctrina y Convenios 46:8:
“Por tanto, cuidaos a fin de que no os engañen; y para que no seáis engañados, buscad diligentemente los mejores dones, recordando siempre para qué son dados”.
No olvidemos lo valiosos e importantes que somos para todas aquellas almas que están en busca de la verdad. Soy testigo y creo en la veracidad de esta obra, cambia la vida de los demás y la nuestra. En el nombre de Jesucristo. Amén.