Liahona
Los milagros de la conversión
Enero de 2024


Voces de los miembros

Los milagros de la conversión

Nació en mi corazón el deseo de que mi hijo y mi esposo también fueran bautizados.

Asistí por ocho años a otra iglesia. Durante la pandemia cerraron todas las iglesias, sin importar su denominación. En esos días tuve una gran experiencia.

Tuve un sueño, en el que tenía muchas preguntas, una de ellas fue: “¿Dónde debía congregarme?” ya que sentía que no debía volver al lugar donde asistía; mi papá formaba parte de mi sueño.

Días después acudí a mi papá y le expliqué lo que sentía, me escuchó y luego con voz tranquila me dijo: “Hija, ven e investiga La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, allí tendrás las respuestas a tus preguntas”. No vacilé y le dije que estaba bien.

Mi padre me llevó de la mano a la capilla del Barrio Cáceres. En cuanto entré sentí el Espíritu de Dios. No podía contener mi llanto, enseguida sentí que era el lugar que estaba buscando. Mi papá me presentó a los misioneros, ellos empezaron a enseñarme las lecciones en mi casa. Pocos días después, el 26 de marzo de 2022, con gran alegría fui bautizada.

En las clases aprendí que las familias pueden ser eternas, por lo que nació en mi corazón el deseo de que mi hijo y mi esposo también fueran bautizados. Desde ese momento empecé a orar por ese milagro.

Al poco tiempo, el 16 de junio del mismo año, mi hijo fue bautizado; ¡ahora ya recibió su llamamiento para servir en Brasil!

Durante los siguientes meses, los misioneros le enseñaron a mi esposo, pero aún no nacía en él el deseo de ser bautizado.

Mi padre se enfermó en enero de 2023. Él compartió el Evangelio con todas aquellas personas que lo visitaron en su habitación en el hospital. A mi esposo le impactó ver tanta fe, me dijo que no había conocido a un hombre en una situación tan difícil que dijera no temer a la muerte y que supiera con certeza para dónde iría luego de esta vida terrenal.

El 22 de febrero fue la última noche que compartí con mi padre. Él me dijo: “Hija, no dudes que José [mi esposo] será bautizado”. Tuve el privilegio de dar la última oración esa noche. Mi papá falleció a las pocas horas. Fue algo maravilloso la forma en que despedimos a papá.

Los misioneros nuevamente enseñaron a mi esposo y fue bautizado el 26 de marzo de 2023. Testifico que mi Redentor vive y esta es Su Iglesia.