Liahona
La fe puede llevarte allí
Marzo de 2024


Voces de los miembros

La fe puede llevarte allí

A menudo, los jóvenes que desean servir en misiones enfrentan enormes desafíos. Este fue el caso de seis misioneros haitianos que no pudieron obtener visas y viajar a uno de los numerosos centros de capacitación misional que se encuentran en las Américas.

Cuatro de ellos, Thierry Birocher, Rosylove Charles, Jennyfer Augustin y Landy Dorce, vivían en Santo Domingo y fueron llamados a servir en la República Dominicana. Los otros dos, Rosebelle Fanfan y Marie Jacques, vivían en Port-au-Prince, Haití, y habían recibido sus llamamientos para Boston, Massachusetts, pero fueron reasignados a la República Dominicana debido a complicaciones con las visas.

Con seis misioneros que no podían viajar a un Centro de Capacitación Misional (CCM) y prepararse adecuadamente para sus misiones, la Presidencia del Área Caribe decidió resolver este problema recreando un Centro de Capacitación Misional temporal ubicado en las oficinas del Área Caribe. Las tres hermanas misioneras que vivían en la República Dominicana se mudaron de sus hogares al alojamiento para los participantes del templo, ubicado junto al Templo de Santo Domingo. El élder Birocher se mudó con los élderes de la oficina de la Misión del Este de Santo Domingo, y las hermanas Fanfan y Jacques abandonaron sus hogares en Haití y participaron en el mini CCM desde las oficinas de la misión en Haití, Port-au-Prince.

Aunque estaban alojados en varias oficinas de la Iglesia en Santo Domingo y Port-au-Prince, los seis misioneros recibieron su capacitación virtualmente desde el Centro de Capacitación Misional de la Ciudad de México a través de dos instructores increíbles, Gregory Jeaboin y Josue Derival.

Los fines de semana, a cada misionero se le asignaba un compañerismo de misioneros de tiempo completo con quienes vivían y trabajaban. Esta experiencia les brindó oportunidades misionales reales y aumentó su entusiasmo por la obra que pronto realizarían.

Este pequeño ejército de misioneros tuvo un comienzo único en sus misiones y el mundo parecía decirles: “¿Por qué someterse a este desafío?”. Estos misioneros saben que si tienen fe como un grano de mostaza, nada será imposible (véase Mateo 17:20). Y tenían mucho más que un grano de mostaza de fe. El Señor los había guiado a través de desafíos durante muchos años y su deseo de superarlos era evidencia de sus sólidos testimonios.

Testimonio de la hermana Rosylove Charles

El élder Upshaw y el élder Jean Louis presentaron el Evangelio a mi familia en 2007 cuando yo solo tenía seis años. Los desafíos en nuestra vida continuaron, pero los sentimientos especiales de verdad y felicidad eterna para nuestra familia nos mantuvieron fieles. El deseo de mi madre de que yo sirviera en una misión tenía mucho poder, incluso cuando los intereses mundanos me llamaban en una dirección diferente, sentí la fuerza para finalmente escuchar al Espíritu y seguir al Salvador. Esta misión ha sido una experiencia de crecimiento y estoy agradecida por todos los que me trajeron hasta aquí.

Testimonio del élder Thierry Birocher

A través de mi experiencia en el CCM, obtuve un testimonio del poder de la oración. La noche antes de ir al CCM, oré pidiendo a Dios que guiara a buenas personas que me prepararían para ser un buen misionero. Recibí esa bendición en el CCM en la oficina del Área Caribe. Se me dieron palabras sabias por parte de líderes, personas en las oficinas y en el templo, donde aprendí más sobre nuestro Salvador, Jesucristo. Las respuestas a mi oración vinieron a través de otras personas que me dieron confianza y conocimiento para ser un buen misionero. Este es mi testimonio que disfruto compartir con la gente. Amén.

Testimonio de la hermana Landy Dorce

Servir en una misión ha sido muy difícil para mí, pero sé que después de la misión seré fuerte en todos los aspectos. La experiencia en el CCM me enseñó a ver a las personas como Jesucristo las vería y a ser más como Él. Amo lo que estoy haciendo a pesar de todos los desafíos. Comparto esto con mucho amor en el nombre de Jesucristo. Amén.

Testimonio de la hermana Augustin

Estoy muy agradecida por la oportunidad que tuve de participar en el Centro de Capacitación Misional virtual en las oficinas del Área, un lugar donde podía sentir el Espíritu muy fuertemente y donde aprendí que ser misionera no es solo por un año y medio, sino para toda la vida. Aprendí que nuestro Padre Celestial nos ama tiernamente y tiene un plan perfecto para todos Sus hijos. Aprendí a ver y amar a las personas a la manera del Salvador, sin importar nuestras diferencias y a desarrollar los atributos de Cristo. También estoy muy agradecida por haber conocido a muchas personas que ahora son parte de mi corazón y que me ayudaron a caminar en esta maravillosa obra.

Sé que la oración es uno de los mejores regalos que nuestro Padre Celestial nos dio. A través de nuestra fe en Jesucristo, podemos lograr mucho y ayudar a Sus hijos a venir a Él, en el nombre de Jesucristo. Amén.

Testimonio de la hermana Fanfan

Estoy muy agradecida por la oportunidad que se me ha dado de servir en una misión. Mi tiempo en el CCM de la República Dominicana fue muy beneficioso, tuve excelentes maestros de México y el apoyo de mis nuevos amigos llamados compañeros. Fue el mejor momento para integrarme a la vida misional. Agradezco al élder y a la hermana Wilkinson por su amor, son mi nueva familia. Testifico que esta gran obra es la obra de nuestro Salvador y Él la dirige. Nos ama y nos conoce personalmente. En el nombre de Jesucristo. Amén.

Testimonio de la hermana Jacques

Sé con todo mi corazón que el trabajo misional es una obra que realmente trae alegría a los hogares de todos los que se comprometen con ella. Me ayuda a aprender más sobre nuestro Padre Celestial. Sé que el Libro de Mormón es verdadero y que sus palabras aumentarán el conocimiento de la verdad para todo aquel que lo lea. No hay duda sobre estas palabras, en el nombre de Jesucristo. Amén.

Como seres humanos, todos enfrentamos desafíos. Estos jóvenes misioneros de Haití enfrentaron un conjunto único de desafíos que requirieron de ellos ejercer una gran fe. A través de esta fe, nacieron fuertes testimonios, compartidos ahora por estos seis fieles misioneros con la gente de la República Dominicana.