Soy hijo de Dios

Tengo nueve años, me gusta aprender de Dios. Estoy agradecido y feliz por ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Mi papá, mi mamá y los misioneros me enseñaron que soy hijo de Dios. Desde los siete años quería ser bautizado y recibir el don del Espíritu Santo.

Desde que fui bautizado, siento un gran alivio al saber que tengo Su perdón, Su amor y alguien que me acompañe a donde vaya. Cuando crezca quiero ser misionero.